Mis mejores 160 días

Ya van llegando a su fin los mejores 160 días de mis 40 años (o al menos que yo recuerde).  Maternidad + Vacaciones + Excedencia.

Estos días con Lola se han convertido en un sueño hecho realidad, y no es una frase hecha.

Dentro de poco vuelvo a trabajar y dejo mi  deliciosa rutina atrás. Una rutina que me encanta y que disfruto desde que abro el ojo (aunque lo haga varias veces durante la noche) hasta que me acuesto (siempre cansadísima y  más tarde de lo que me gustaría).

Mi rutina matutina: Lola ya duerme toda la noche así que empezamos alrededor de las 7,30h aunque siempre se despierta levemente un par de veces o tres  desde una hora o dos antes antes porque pierde el chupete. Ese despertar no dura más de 10 segundos así que yo procuro hacer lo mismo y volver a dormir. 

Cuando el despertar es real, voy a la cocina donde tengo casi preparado el biberón: el agua calentita gracias a mi querida Laura y el dosificador con la leche en polvo. Todo listo para tardar 7 segundos en volver a la habitación,   asomarme a su cuna y ver lo contenta que se pone al verme. Una sonrisa enorme que parece no caberle en su carita, movimientos de nervios ; le pongo el babero y ya comienza a enfadarse porque debo parecerle un poco lenta en los preparativos, coloco las almohadas y a la cama juntas para disfrutar del primer desayuno tras el cual , y casi siempre sin terminar el biberón, llega una primera siesta de un par de horas o tres.  Esta imagen que acabo de describir la tengo grabada en vídeo y además de verla cada mañana la veo a diferentes horas del día porque me quita todos los males.

El despertar de esa siesta matutina es  lo que más me duele perderme. Jugamos un rato en la cama, se ríe como loca, cosquillas, canciones, música, carcajadas… junto con el anterior es casi casi el mejor rato del día. Ella me mira fijamente mientras yo me hago la dormida, me da un par de golpes en el brazo de forma descoordinada y cuando abro los ojos ella abre los suyos mucho más al mismo tiempo que se ríe a carcajadas, mueve los brazos, las piernas, grita… y entonces yo salto sobre su cara y me la como a besos! y eso todos los días! 

Levantarse, vestirse… y a la calle!! Siempre tenemos un plan apetecible que hacer; alguna vez solas pero casi siempre muy bien acompañadas y pensamos dónde comemos ese día. Todavía tenemos algún familiar o amigo que nos reclama un ratito para conocerla porque no hemos dado a basto. 

Y esta mitad del día es la que me perderé porque,  aunque jugamos todas las semanas a la lotería, todavía no nos han tocado unos buenos euros para dejar de trabajar!!

 

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