Película: La adopción

La semana pasada a través de uno de los grupos de Facebook a los que pertenezco escuché el audio con la entrevista que en @LaSer que le hace Gemma Nierga a @DanielaFrejerman hablando de su última película: La Adopción. Estaba  hablando de su película y de sensaciones por las que yo he pasado. Se me ponen los pelos de punta, ¿Quiero ver esa película? .creo que no.

Al día siguiente el debate está en los mismos grupos y alguien cuelga el trailer. Me armo de valor, porque sé que es duro, y lo veo. Decido que no voy a ver la película. Conozco ya muchas historias de adopción, el 99% de ellas con final feliz,  pero con un proceso muy duro. Más que eso, con un proceso de sufrimiento que en la mayoría de los casos era evitable. Si alguien se hubiera preocupado de verdad de los niños, el sufrimiento de todos no habría cabido en esas historias.

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El debate se amplía: algunas personas se mueren por verla y otras muestran como yo un poco de recelo. Otras simplemente dicen que “quiero verlo, son cosas que a veces pasan, es información real y al mismo tiempo es una película”.

Voy cambiando de opinión hasta que el viernes, día del estreno en toda España,  a descubro que la directora- guionista y el co-guionista van a ir a Majadahonda, a disfrutar del estreno y su posterior debate en un cine pequeño. Decidido, voy al Zoco de Majadahonda. Es un cine que ha ido evolucionando hasta que lo ha gestionado una Asociación dedicada a mejorar el ambiente cultural de la zona sin ánimo de lucro. Como se dijo en la presentación, Daniela y Alejo Flah cambiaron la alfombra roja de cualquier cine del centro por una sala pequeña de un pueblo de Madrid. Y yo estoy muy agradecida.

Un par de llamadas y aquellas que dijeron desde el principio que sí querían verla, se animan y nos vamos tres a ver la película y sobre todo a conocer el interior de la historia en la charla posterior.

Durante la película:

No voy a hablar del argumento porque está descrito en miles de páginas web e incluso en el título. Además, sabemos que Daniela tiene un niño adoptado, con lo cual, sabemos que la historia “termina bien”.

Yo no he pasado por la experiencia de un viaje para conocer a un hijo, no conozco su país ni conozco su lengua, pero he escuchado muchas historias y esta es “una más”.  Lo que si conozco a la perfección la sensación de tener una idea de futuro, de compartirla con mi pareja y hacerla de los dos en poco tiempo. De enfrentarnos a lo desconocido, de aceptar lo que no teníamos planeado, de celebrar un sello o una llamada de teléfono. Y no siempre es rosa. Nos tenemos que turnar para ser el soporte el uno del otro y nos tenemos que creer que lo vamos a conseguir y que podremos cumplir nuestro sueño para reírnos de situaciones absurdas y al mismo tiempo complicadas. Y esta situación, la relación de una pareja que decide adoptar se refleja perfectamente en la película. Es una sensación tan real…

Pensaba que iba a llorar y aunque durante toda la película tuve los ojos húmedos no llegue a necesitar un pañuelo. No podemos llorar porque son situaciones reales, lo que hay que hacer es contarlo, denunciarlo y lograr que cambie para que de verdad primen los derechos de los niños y no que durante la cadena varias personas se vayan lucrando, en  menor o mayor medida. Y Daniela lo ha conseguido.

Gracias a esta película las adopciones internacionales dejan de tener el tinte rosa que tienen cuando se ven desde fuera. “todos conocemos a alguien que ha adoptado” decía una chica en el debate posterior… no sé si todos conocemos a alguien, pero pocos conocían la realidad de las adopciones internacionales y ahora lo conocerá quien quiera acercarse al cine.

El debate

Al terminar los títulos de crédito entraron la directora guionista y el co-guionista en la sala. Se encienden las luces y se ven los gestos del público: seriedad, sorpresa y supongo que indignación. Acaban de descubrir algo que no imaginaban. Porque no es una película de ciencia ficción, es una película que está basada en la historia personal de la persona que estamos viendo ahora sentada en una silla alta, micrófono en mano esperando las preguntas y comentarios. Ella no sabe si las preguntas irán enfocadas a aspectos técnicos de la película, aspectos genéricos del proceso de adopción o si alguien va a atreverse a preguntar sobre su historia personal, sobre su familia. Pero allí está, una mujer delgada, pequeñita y con sonrisa dulce, expectante… yo ya solo veo a una madre que nos ha contado su proceso de adopción, y la veo como una “igual” . Se me olvida que es una artista. Como tantas otras a las que he escuchado. Y admiro que ella lo haya contado en un foro tan grande como es un país entero , y espero que llegue a más.

Empiezan las preguntas. “¿No temes que esta película pueda hacer que algunas familias paren sus procesos de adopción por miedo a pasar por lo mismo?”. No, cuando comienzas un proceso de adopción, el deseo de formar una familia es más fuerte que las dificultades que te quieran poner.  Yo he conocido a personas que no se atreven a empezar pero a ninguna que se haya echado para atrás porque hayan aparecido dificultades. Dicen que merece la pena y por eso seguimos.

Continúan las intervenciones: todas comienzan con felicitaciones pero es cuando aparecen madres adoptivas que opinan del proceso y cuentan por encima su experiencia cuando las felicitaciones para mi tienen un peso más importante. Y creo notarlo en los gestos de Daniela.

Se cuestiona en el debate la preparación de los padres, si es justo o no que haya que tener un certificado de idoneidad para poder tener un hijo cuando los padres biológicos no lo necesitan. Yo he comprendido ya que si es necesario. No es un método infalible pero hay que entender que los niños están bajo la responsabilidad de las instituciones, y las instituciones están regidas por personas. No pueden “dar” sus niños a cualquiera. Y por ahora el mejor método que han encontrado es el Certificado de Idoneidad. En ese momento aparece de entre el público una psicóloga que trabaja precisamente en certificar la idoneidad de parejas. Pone en tela de juicio algunos aspectos de la película porque las considera fuera de lugar, como es la elección de los niños a través de sus fichas. No está fuera de lugar mientras en algunos países siga existiendo. Ofrecen a los padres una serie de fichas de niños para que elijan. ¿Cómo se puede elegir un hijo? Y lo que es más difícil, ¿Cómo se puede rechazar un hijo?  ¿qué cuerpo se te queda? ¿dónde quedan los valores que crees que tienen? . Señora psicóloga, a veces la teoría no se corresponde con la práctica y desde las consultas de los psicólogos se sabe mucha teoría. Pero no solo hay que pasarlo, hay que pasarlo y contarlo.

Conclusión

Participé en el debate, como una futura madre de un niño de un país del Este. Y según fui siendo consciente de que estaba hablando de mi vida personal entre un  montón de gente que no conocía, se me fue quebrando la voz. Cogí aire suficiente como para poder felicitar a Daniela y a Alejo, para decirles que me alegraba mucho de haber ido a ver la película, de vencer mis miedos iniciales y afrontar la información, que agradecía que sacaran a la luz un tema tan opaco como son las adopciones internacionales en algunos países.

Estoy contenta de tener mi expediente en Polonia y hacerlo a través de una ECAI.

Mi estómago seguía encogido cuando al terminar el debate nos quedamos con Daniela y pudimos compartir unos minutos. Igual que me pasa cuando conozco a una nueva madre que me cuenta su proceso.  

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